miércoles, 30 de enero de 2013

El Aeropuerto


Todo viaje comienza mucho antes, cuando empiezas a pensar, a soñar, a planear, o cuando te ilusionas, o tal vez acojonas con un destino. Mucho antes todavía de las maletas, los billetes o los transportes.

Pero bueno, hoy os voy a hablar de los aeropuertos… esos sitios en lo que finalmente pasas bastante tiempo, para bien o para mal, cuando estás viajando.

El caso es que hay unos edificios, unas construcciones gigantescas, que alguien ha diseñado para que pases por allí, pero no en balde, sino de una manera muy dirigida… aunque a nosotros no nos lo parezca.

Veamos, como sabéis, hoy me ha tocado a mi… Esto es conocido… Facturar las maletas en ese laberinto que únicamente un gigantesco ordenador es capaz de controlar, kilómetros de cintas y millones de posibilidades, salidas, aviones, cintas transportadoras… y que a veces se equivocan, pero si miráramos los %, seguro que no serían tantas.

Bueno, decía: facturar, despedirte de tus acompañantes, pasar por el control de policía, y… ¡¡ESPERAR!! Está todo pensado. Para amenizar tu espera tienes bancos, quizás una televisión con un símbolo de su fabricante sospechosamente grande, cafeterías, tiendas de chuches, de colonias, de gadchets, de… muchas cosas que no necesitas, o que deberías llevar de casa.

Pero claro… facture usted dos horas antes, pase por el control una hora antes, y después espere… (deberíamos decir “caiga usted en nuestras redes”).

¡¡Y yo soy humano!! Y claro… he caído. Los muy jodidos conocen mi debilidad… y la han puesto delante de mis narices justo cuando he pasado… (seguro que luego lo han quitado y han puesto otra tienda para el siguiente despistado jejeje) ¡que cabrones! ¡¡Un Starbuck Cafee esparciendo su delicioso aroma por toda la sala de espera… y mira que era complicado, porque el aroma, después de unos días de huelga de limpieza era otro… (bueno, seré realista y diré que no olía mucho, gracias al civismo de la gente y al fresco del invierno)

Por cierto, que nadie vea aquí nada de política… hay huelga y punto, cada uno tiene su opinión, sus derechos y sus razones, tanto los que la hacen, como los que no, como los que opinan como los altos, los bajos, los de coca-cola…jejeje


Pero bueno, el café, la huelga, la sala de espera, el finger, Barajas y hasta España ya pasaron… así que por primera vez (y esperemos que no última), os escribo desde allí. O aquí o… buen, la culpa es del Doctor Einstein, por decir que todo es relativo.
Y como todo esto va con un poco de retraso, porque yo no soy flamante poseedor de un todopoderoso smartphone, os diré que la primera noche aquí ha sido de 10... a ver si puedo decir lo mismo (o parecido) de la siguientes.

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